Hola Crack,
Seguro te ha pasado lo mismo que me pasaba a mi…
pensaba que cualquier contacto podía y DEBÍA terminar en una venta.
“Si no hay venta, no sirvió la llamada.”
Esa idea me costó prospectos, energía… y más de una oportunidad.
Hasta que un día, todo cambió con una simple pregunta:
¿Y si cada interacción fuera solo un escalón?
Ahí entendí algo que me hubiera encantado aprender antes:
Una venta no es un evento. Es un proceso.
Y tu único objetivo en cada paso… es llevar al prospecto al siguiente.
Eso es todo.
No cerrar. No presionar. No forzar.
Solo avanzar.
¿Primer correo? Que te respondan.
¿Segunda interacción? Agendar una llamada.
¿Primera llamada? Conseguir que acepten una evaluación o assessment.
Y así, uno a uno, ir calentando al prospecto.
De frío a tibio. De tibio a caliente.
Porque vender con urgencia te hace sonar desesperado.
Pero vender con estrategia te hace irresistible.
En cuanto solté la necesidad de cerrar rápido, todo fluyó.
La gente confía más cuando a ti te sienten tranquila.
Y tú operas mejor cuando entiendes que la paciencia no es pasividad… es inteligencia táctica.
¿Estás tratando de cerrar una venta o de construir una relación que te lleve a muchas?
No subestimes el poder de un paso bien dado.
Nos leemos pronto,
—Oso
PD: Si quieres aprender más de como vender construyendo relaciones, esa es la idea central de una de las palancas del modelo A.T.O.M.I.C. de mi programa Negocio Atómico.